Este es el título de la Tribuna publicada el pasado 30 de Julio en Diario de León del que es autor nuestro amigo Goyo Díez Mardomingo y que copiamos a continuación para general conocimiento:
Mucho se ha empezado a hablar en el ambiente político local, pero también en el autonómico e incluso estatal, a raíz del pacto suscrito en la capital leonesa entre PSOE y UPL que hace más visible la herida nunca cerrada de la autonomía leonesa. Todo ello nos recuerda que el «problema leonés» existe y después de casi 25 años desde la constitución de la comunidad autónoma sigue esperando una solución.
Ante él sólo hay dos opciones: la política del avestruz, que niega la mayor e increpa al que se atreve a decir la verdad, y la política de reconocer los hechos como son. El partido socialista de León ha tenido la valentía de admitir públicamente lo que la mayor parte de los políticos leoneses de un signo u otro signo -incluidos los del PP- hace habitualmente de manera privada, y eso parece que molesta bastante a quienes tienen un concepto de la democracia poco cultivado.
Que el País Leonés tiene derecho según la Constitución española vigente, y además quiere ejercerlo, de constituirse en una comunidad autónoma más de España, es algo sabido por todo el mundo. Incluso muchos de los que ahora callan o se rasgan las vestiduras políticas cuando resurge el tema, eran los primeros en reconocer este derecho hace años. Y si no que se lo pregunten al señor Amilivia cuando agarraba una pancarta en la manifestación a favor de la autonomía en el año 1984, por ejemplo, o más en general a Alianza Popular cuando se posicionó abierta y públicamente en contra de esta comunidad. Si el derecho existía entonces, que existía, nada ha cambiado ahora, ya que la conculcación de un derecho constitucional no prescribe: el pueblo leonés lleva más de 20 años pidiendo su derecho a la autonomía, y la Constitución española sigue reconociéndoselo en su artículo segundo. O sea, que lo que pedimos desde esta parte de España es que los políticos que se autodenominan demócratas empiecen por cumplir la Constitución Española en un derecho tan básico y que nos afecta tanto como es nuestro encaje territorial dentro del Estado. Igual que ellos recuerdan con diligencia a quienes pretenden sobrepasar sus límites normativos que hay que respetar ante todo nuestra Carta Magna, nosotros les pedimos decencia política para que de verdad la hagan cumplir con el País Leonés.
Es realmente indignante comprobar cómo algunos políticos afirman impunemente ahora que no se puede hacer nada para que León se convierta en una comunidad autónoma propia, pues dicen que el «mapa autonómico está cerrado». Pero, ¿es que alguna vez estuvo abierto para los leoneses? ¿Cuándo hemos tenido la más mínima opción de decidir lo que queríamos para nuestra tierra? Nunca ¿Con qué legitimidad se puede declarar cerrado un proceso que nunca se abrió para nuestro pueblo?
Los políticos en su momento decidieron lo que quisieron por nosotros pero sin nosotros, sin consultarnos, en función de sus intereses partidistas y de directrices superiores ajenas a los intereses del País Leonés. Pero el tema es más grave aún. Dichos políticos sabían perfectamente que estaban obrando justamente en contra de los deseos de la inmensa mayoría del pueblo leonés. Un pueblo que se había manifestado mayoritariamente por las calles en más de una ocasión para decir claramente que quería autonomía propia. Un pueblo cuyos representantes municipales habían dicho por unanimidad que querían la autonomía cuando fueron consultados libremente. Pero a los de arriba les dio igual. Nos casaron cuando nosotros decíamos que no queríamos, y lo hicieron con quien justamente no deseábamos. Llevamos 24 años de matrimonio impuesto, sin amor y mal avenido, en el que el Reino de León es la parte minoritaria y por ello más débil, y así nuestras reivindicaciones son siempre desechadas. Y por si fuera poco, cuando nos atrevemos a quejarnos democráticamente de este trato, llegan de nuevo para decirnos que somos muy malos por querer romper no sé cuantas cosas, y recalcarnos que ya está todo hecho, y bien atado, y hay que seguir aguantando. Fantástico. A eso se le llama democracia.
No les importa lo más mínimo que los habitantes del Reino de León sean ciudadanos de segunda a los cuales se les niegan sus derechos mientras que se reconocen las más exquisitas sensibilidades políticas al resto de los territorios del Estado, no les preocupa para nada que muchos leoneses nos sintamos marginados en una España y en una autonomía que no nos reconoce y que nos ha ninguneado durante años. Lo que importa es quedar de políticos tolerantes en los discursos oficiales afirmando que hay que respetar la rica pluralidad de España, de sus regiones, que respetando la Constitución todo cabe, etc., etc.
Pero lo que no dicen, y lo saben de sobra, es que eso se aplica para todos menos para uno. Para quien no cuenta en los números que deciden mayorías parlamentarias ¿verdad?
El PSOE leonés ha dado un primer paso importante para la democracia, y de agradecer en la línea de terminar con el agravio que ya empieza a ser histórico con el País Leonés. Gracias a ello ha conseguido un acuerdo de gobierno ambicioso y esperanzador con UPL, que algunos no han tardado en criticar apostando por otro tipo de pactos.
Llegados a este punto la cuestión es: ¿Qué opina el señor Amilivia de todo esto? ¿Estuvo o estaría dispuesto él mismo a firmar un pacto con UPL igual al ya suscrito en todos sus puntos? ¿Qué acuerdo podría ofrecer el PP a UPL que pudiera competir en todos sus aspectos con lo firmado por el PSOE? Porque si Amilivia asumiera todos y cada uno de los puntos firmados en esos mismos términos -más los que se pudieran añadir a mayores- y se contara con el apoyo económico de la Junta, quizás habría que plantearse la idoneidad de mantener lo acordado hasta el momento, ya que en este caso se tendría el apoyo político necesario durante cuatro años, lo cual ahora mismo sólo se garantiza hasta las próximas generales, como bien ha recordado Otero. De no ser así, creo que no hay lugar al debate, y lo hecho, bien hecho está.
Para UPL debe ser irrenunciable el avance hacia el reconocimiento de nuestra identidad regional y de nuestros derechos autonómicos. Por ello, no se entendería que entrase en pactos de gobernabilidad que no contribuyesen a ese objetivo. Para eso están otros partidos. El PSOE ha hecho una oferta clara y nítida, que contempla inversiones y reconocimiento. Y la UPL la ha valorado, como no podía ser de otra manera, como satisfactoria.
Mientras tanto, parece que Amilivia no habría puesto nada mínimamente parecido encima de la mesa, al margen de cuotas de poder. Los ciudadanos seguimos sin saber al día de hoy qué es capaz de aportar el Sr. Amilivia al respecto que iguale o mejore lo suscrito en el pacto actual. Y eso es clave para poder calibrar la pertinencia de las voces que apuestan por alternativas de pacto. Por empezar por lo más obvio: Sr. Amilivia, ¿Está usted dispuesto a apoyar que se cumpla el artículo segundo de la Constitución Española con el Reino de León? La respuesta es sencilla.
TRIBUNA - Gregorio Díez Mardomingo – DIARIO DE LEÓN – 30.07.2007
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