lunes, octubre 15, 2007

Instituto Cepedano de Cultura

Nuestro amigo José Carlos Parra, del ICECU (Instituto Cepedano de Cultura) nos ha remitido el siguiente texto para su publicación. Realmente se le pone a uno la carne de gallina pensando en el sacrificio (uno más en esta maltrecha tierra leonesa) del pueblo de Oliegos y en el desarraigo a que se vieron sometidos sus habitantes.



Y ¿todavía siguen pidiéndonos solidaridad?


El día 10 de Octubre de 2007, a las 20:15 h.

EL MUSEO ETNOGRÁFICO DE CASTILLA Y LEÓN EN ZAMORA ACOGIÓ A LOS CEPEDANOS DESTERRADOS DEL PUEBLO DE OLIEGOS Y LES DIO EL PROTAGONISMO QUE NUNCA HAN RECIBIDO EN LEÓN

(Por José Carlos Parra)

Pedro Carrera, de 81 años, que tenía 19 el día del éxodo, Elvinda Magaz, de 76 años y Piedad Magaz de 78 años, intervinieron en representación de sus vecinos de entonces en Oliegos (León) y de hoy en Foncastín (Valladolid), para narrar en primera persona su experiencia vivida desde el 30 de noviembre de 1945, con motivo de la construcción del pantano de Villameca, en la Cepeda Alta.

Acompañados de un buen número de vecinos de Foncastín y de la alcaldesa Lola Mayo Magaz, ocuparon con absoluta naturalidad la tribuna de ilustres oradores, llegando con su sencillez a todos los corazones de los zamoranos y otros oyentes que prácticamente llenaban la sala. En la misma no se vio ninguna autoridad ni representante oficial de las instituciones leonesas; únicamente estaban presentes un par de vecinos de León, vinculados al Instituto Cepedano de Cultura, que vienen pregonando desde hace varios años su amor por La Cepeda y su dolor por el abandono de las gentes de este pueblo sacrificado y olvidado

Pablo Sánchez, joven historiador de Valladolid, investigador social y experto coordinador en diferentes proyectos europeos , presentó a los ponentes-protagonistas y, tras una breve introducción con los nuevos métodos tecnológicos y con la ayuda inestimable de las imágenes del NODO, recientemente recuperadas de nuevo e incluso mejoradas en su doblaje parcial por Santiago Somoza (del que habíamos disfrutado ya en Quintana del Castillo este verano con motivo del certamen de “Versos a Oliegos”), dejó paso a un coloquio entrañable, cercano y tremendamente rico en experiencias personales, protagonizado por los citados representantes del pueblo abandonado.

No se puede decir que los viejos vecinos de Oliegos de Cepeda (León), convertidos a la fuerza en vallisoletanos de Foncastín, se hayan olvidado de sus orígenes: pero es evidente que tampoco tienen claro que el enorme sacrificio que supuso abandonar su pueblo, paradisíaco y envidiado en 1945, sea reconocido por los vecinos de los pueblos que luego se han beneficiado fundamentalmente de la “criminal” presa de Villameca.

Los mayores sí son conscientes de que fueron desalojados a la fuerza, de que fueron expulsados de su paraíso para que otros tan pobres o más que ellos pudieran mejorar sus condiciones y progresar. También recuerdan con gratitud el comportamiento de algunos pueblos vecinos, como Porqueros y Astorga que les despidieron con regalos y fiestas, muy entrañables en el recuerdo de tan tremenda fecha, así como la recepción oficial de León que les desbordaba en un tropel de sentimiento enfrentados en su dura infancia.

Pero…”Por qué no se quedaron en la tierras de León, más cerca de sus orígenes, de sus costumbres, de sus familiares, de sus muertos…?” -preguntó la inoportuna periodista.

Ninguno de los asistentes supo responder a esta pregunta, nadie citó otras soluciones posteriores a problemas similares como la de Riaño en León, o Ribadelago en Zamora. Todos admitimos la fuerza del poder absoluto del dictador de entonces, sin reparar en las indudables dificultades que tenía que haber en aquella época para juntar varias hectáreas que permitiera a los expropiados (“por el bien común”, se decía ya entonces) reubicar a las 38 familias numerosas y ni pagando bien!, como tuvieron que pagar al marqués por aquellos eriales, ahora transformados en fértiles y ricas tierras. Por pagar… tuvieron que pagar también hasta el tren del exilio (aquellos 30 vagones que llenaron en Porqueros con gentes, ganados y enseres).

Valladolid los recibió con frialdad, y durante mucho tiempo a sus enormes y numerosas dificultades de adaptación se unía cierta hostilidad por parte de los vecinos que no admitían unos intrusos y competidores que ¡hacían trabajar a sus mujeres! “¡Olieganas!” -Les decían como insulto.

Han superado éstas y muchas otras dificultades, zancadillas, engaños institucionales y profesionales desalmados, pero todavía les duele “un poquitín” la falta de reconocimiento oficial de sus antiguos vecinos y especialmente de las instituciones de León. Reconocen y agradecen mucho el movimiento cultural y popular que se ha generado sin apoyo institucional alguno, bajo el nombre de “VERSOS A OLIEGOS”, que este año celebró su séptimo certamen, primorosamente organizado por la Asoc.Cultural “El Fuyacu” en Quintana.

Asímismo están expectantes y muy ilusionados con el movimiento que se ha iniciado este verano con la propuesta de colocar una placa que recuerde su sacrificio en el pueblo de Oliegos, en cuyas ruinas sueñan volver a encontrar la vida que podría darle un mejor trato por “quien corresponda”, facilitando unos mejores accesos, localización y renacimiento del olvido ya que ..”Para mi, lo peor es que mi pueblo ha desaparecido de los mapas: ¡ya no existe! ¡nos lo han robado de la geografía pero no de mi corazón!”

Un parque temático como homenaje a todos los pueblos anegados. Una celebración institucional a los sacrificados por el bien común ¡Yo qué sé! A lo mejor a las instituciones leonesas se les abre el corazón y la mente para buscar lo mejor, lo más cercano, lo más útil, lo más rentable…. ¡Ya veremos. El próximo día 30 de noviembre se cumplen 62 añazos de abandono y olvido.

Yo quiero darle las gracias a todos y a cada uno de ellos por su enorme esfuerzo, por su generosa entrega, por la silenciosa aceptación de su tremenda experiencia y sobre todo quiero felicitarles, una vez más públicamente, por su entrañable acogida y por la brillante realidad de un precioso pueblo para este presente ejemplo de solidaridad. Gracias

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cierto es que fueron olvidados pero ellos siempre diran que son de Leon porque se sienten de alli y siempre se sentiran

Anónimo dijo...

La asociación Cultural Villameca quiere rendir homenaje a Oliegos.

Hemos realizado una placa con un texto que resume todo:
SOMOS UNOS
A PESAR DEL TIEMPO Y LA DISTANCIA
OLIEGOS VIVE EN EL RECUERDO
Con el fin de colocarla en Oliegos sacamos a Concurso, una convocatoria, con carácter libre y participativo, de acuerdo con las bases que se pueden consultar en www.villameca.com

Nos gustaría mucho que participara todo el mundo, tanto en el concurso como en el homenaje que se realizara en Oliegos el verano próximo