miércoles, noviembre 02, 2005

Asociación de Vecinos ALJAMA de Puente Castro

El Obispo respondió el 29 de Octubre, durante la Misa, con una carta abierta que publicó, el día 30, Diario de León (Tribuna) a la Asociación de Vecinos ALJAMA. Podéis ver la noticia completa en http://www.diariodeleon.es/se_opinion/noticia.jsp?CAT=108&TEXTO=4205695 . También podéis ver un artículo sobre el mismo tema en La Crónica del dia 31, en el siguiente enlace: http://www.elmundo-lacronica.com/

Además, los vecinos del Barrio de Puente Castro de nuestra ciudad, están muy disgustados tanto con la carta como con la actitud de la primera autoridad eclesiástica de la diócesis ya que la situación actual se concreta en un nuevo incumplimiento de promesas para con la sociedad leonesa

En primer lugar, no entienden que el actual Obispo ignore completamente la autorización dada por su antecesor quien, con fecha 9 de Agosto de 1996 concedió, a propuesta del entonces Párroco de Puente Castro, para que en el Templo Parroquial, conocido como “la Iglesia Vieja de San Pedro” funcionara una Escuela-Taller, que debería restaurar dicho templo con la condición de que, una vez restaurado, se destinase durante 25 años a uso público. El propio Obispo actual reconoce que se han llevado a cabo obras de restauración, aunque no su totalidad, pero el hecho de que éstas no se hayan finalizado no debería bastar para defraudar a todo el vecindario de Puente Castro en sus legítimas aspiraciones

En segundo lugar, se quejan de que nadie, ni Ayuntamiento ni Obispado, se pusiera en ningún momento en contacto con ellos para informarles de los nuevos planes que había para la Iglesia citada y de que tuvieron que enterarse por rumores.

En tercer lugar, no comprenden cómo el Obispo puede hablar en su carta de “rechazo a personas inmigrantes” cuando la reivindicación de la dedicación de la Iglesia Vieja de San Pedro para uso ciudadano data de hace casi 10 años, mucho antes de que el citado colectivo de inmigrantes viviera en nuestra ciudad por lo que no comprenden como pueden cargarles con dicho sambenito de tener una actitud xenofóbica.

Por otra parte, puesto que se trata de un colectivo católico, aunque su rito sea diferente, no entienden los motivos por los que tienen que ser desplazados a un templo que lleva una década dedicada a usos profanos, lo que el propio Obispo reconoce al decir que “ha decidido recuperarla para el culto”. Esta decisión de entregarles una Iglesia, alejada de su lugar de residencia ,ya que los fieles de rito greco-católico no residen en Puente Castro, tiene un cierto “tufillo” de apartheid que no va precisamente en la línea de integrar a los inmigrantes en la sociedad sino más bien en la de tenerlos aislados en ghettos.

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